UN BUEN PREDICADOR




                                    VISIÓN, VOCABULARIO Y VOZ. 

 Me gustaría hablarles ahora acerca de tres cosas que son vitales para una predicación efectiva:

1. Visión
Todo predicador necesita una visión. Quiero dar a entender con esto, un concepto de lo que su ministerio puede lograr en Dios.
Nuestra visión en ese concepto del logro primario hacia el que nos movemos a través de la vida. Usted puede decir que es un sueño de lo que puede ser finalmente para Dios y la función que puede realizar para Su gloria.
Todo predicador necesita una visión de esa índole, que le motive. Necesita una meta definida y esencial hacia la cual moverse. Debe ser algo por lo que se esfuerce en alcanzar y que merece la pena sacrificarse. Una meta que producirá lo mejor de su persona.
La mayoría de los predicadores afrontan suficiente desaliento de una u otra manera. Necesitan algo que lo contrapese y, eventualmente, demuestre que todo vale la pena. A menos que usted tenga conciencia interna del propósito primordial de Dios para su vida, puede ser derrotado por el desaliento y el fracaso en realizar su meta divinamente trazada.

2. Vocabulario
El vocabulario de un predicador está compuesto de un número de palabras que él conoce y con las que está familiarizado. Obviamente, las palabras son instrumentos que el predicador emplea en el cumplimiento de su llamado. Cuantas más palabras conozca y entienda, mas fluidez tendrá y más expresivo será.
Las palabras son para el predicador lo que el pincel y la pintura son para el artista. Un predicador puede pintar cuadros vívidos con palabras. Cuando describe una escena, su audiencia puede casi ver lo que describe. Las palabras son muy importantes para un comunicador efectivo. Un predicador sin palabras es un mercader sin herramientas.
Como predicador, usted tiene que estar interesado en las palabras.
Procure leer intensamente, ya que, la lectura de buena literatura enriquecerá su vocabulario. Siempre que encuentre una palabra con la que no está familiarizado, investíguela. Descubra lo que significa. Añádala a su colección. Empiece a usarla en su contexto y aplicación correcta.
Construya su vocabulario, será más fluido cuando lo haga. La gente lo escuchará con mucho más interés si comunica sus ideas adecuadamente.

3. Voz
Es cierto que la voz es el mayor don natural de un predicador. Deberá dedicarse a tener buen cuidado de ella. Procure estar siempre consciente de su voz y trate de mejorarla cuando la use.

D. PRINCIPIOS PARA LA DISERTACIÓN EN PÚBLICO

Los siguientes son unos cuantos principios acerca de lo que un orador público debe tener en mente.

1. Respiración
La respiración correcta es extremadamente importante para un orador.
• Practique la respiración por la nariz.
• Respire profundamente hasta llenar los pulmones.
• Practique llenar su pecho y pulmones con aire.
• Sostenga la respiración y después expire lentamente. Controle la expiración.
• Deje que el aire salga de sus pulmones a través de la laringe (la caja fónica) y que golpee su paladar. Su resonancia. Cuando usted expulse la voz de su paladar, ganará resonancia adicional. Aprender A hacer esto correctamente fortalecerá sus cuerdas vocales.

2. Articulación
La articulación es el arte de exponer un discurso con claridad. Una persona con articulación habla muy claramente. Sus palabras son fáciles de entender, pues las pronuncia bien. Cada predicador deberá tratar de dominar esta destreza. La audiencia debe disfrutar de su habilidad expositiva. Aun en sus conversaciones cotidianas, practique hablar con claridad.

3. Inflexión O Modulación De La Voz
La inflexión en el discurso tiene que ver con la entonación o modulación de la voz.
La voz humana tiene una esfera muy amplia de tonos. Si habla con el mismo volumen y tono todo el tiempo, su voz sonará muy aburrida. Tiene que desarrollar la capacidad de modular su voz.
De la manera que un cantante sube y baja en la escala, dando una buena variedad de tonos, de igual manera puede hacerlo el orador público. Si su voz tiende a ser normalmente alta, practique a hablar en escalas mas bajas. Desarrolle una variedad de volumen en su voz. 

4. Velocidad De La Exposición
Algunas personas tienden a hablar al mismo nivel todo el tiempo. Esto también puede llegar a ser algo aburrido. Deberá intentar variar la velocidad con la que habla. La mayor parte de su mensaje debe ser expuesto a una velocidad moderada, la cual, será fácil de escuchar. Deberá acelerar o disminuir de vez en cuando la velocidad para dar variedad y énfasis a su presentación. 

5. Volumen
Este es otro factor de importancia. Variar el volumen de su voz puede dar un énfasis adicional a lo que usted desea señalar.
La mayor parte de su mensaje debe ser dado en un volumen de conversación, asegurándose de que es lo suficientemente alto para que todos lo escuchen, pero no tan alto que vaya a causar molestia a su audiencia.
Algunos predicadores parecen sentir que es necesario predicar tan alto, que casi ensordecen a sus oyentes. Intente evitar eso.
Si todo su mensaje es dado con volumen alto, es difícil dar un énfasis especial en aquellas secciones que son mas importantes.
Intente empezar su mensaje con un volumen de conversación. Eleve el volumen cuando tenga un punto especial que enfatizar fuertemente.
Si baja el volumen ocasionalmente, también servirá para dar un énfasis especial. Su congregación prestará atención especial cuando baje el volumen. Se esforzarán en captar cada palabra. 

6. Pausas
No tema hacer pausas. Esto puede dar énfasis adicional a algunos puntos que usted señale.
Algunos predicadores temen a las porciones del sermón que tienen silencio. Su predicación discurre como un río, sin ninguna pausa. Esto puede ser difícil de absorber por la gente.
No intente correr a través de su mensaje, manteniendo un ritmo de celeridad y deteniéndose apenas para tomar aliento. Su congregación necesita tiempo para pensar y considerar lo que usted ha dicho. Esto ayuda realmente a absorber la verdad de su mensaje. Usted necesita informar la mente al igual que estimular las emociones. La mente puede absorber cosas solamente en un estado tranquilo. Si usted predica demasiado rápido, sin hacer las pausas adecuadas, dejará a sus oyentes detrás. 

7. Repetición
Un cierto nivel de repetición puede ser bueno. Ayuda a enfatizar su punto de vista y lo fija en la mente de sus oyentes. Esta es la clase de énfasis que se da a propósito. Usted sabe que lo está haciendo y tiene una buena razón para hacerlo así.
Intente presentar el mismo punto desde una variedad de formas. Usted desea que la verdad que está compartiendo se convierta en parte del pensamiento y la acción de la gente. Para cumplir eso, la mente necesita una exposición adecuada de la verdad y tiene que ser convencida.

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